jueves, 10 de julio de 2008

EL GENIO SE DESPLIEGA


Enviémosle al subsuelo
Para que contextualize el sentimientocidio que le embargó,
Para que se deje de niñerías y lave la desilusión de su cara;
Para que suelte el verbo que se enreda en su herida.

Enviémosle sin compasión,

A la civilización que un día le desterró,
Para que piense en el pavor que le dejó absorto
Cuando era almirante,
Para que piense en las mandíbulas que le acechan de lejos.

Enviémosle tal cual es,

Como bicho rastrero e inmortal,
Como mayordomo enramado a los cristales del jardín,
Como luciérnaga verde que anega sus reflejos
En el antro de la pérfida,
Como grito intestinal que tritura las jornadas del anciano.

Enviémosle al puerto retraído del cual fue proyectil encaracolado,

Al follaje que le vio crecer,
A la extravagancia de sus años mozos.




EL CARNAVAL TERMINÓ


“De la musique avant toute chose”


1
La música y las luces que encienden las ansias de libertad,
En una época de esplendor e ira
Contenida en un Do y un Re,
Que resuenan como victoriosos sollozos
Que al descomponerse
Se fusionan con las manos y la piel,
Que acarician
El frío y las noches
De mi juventud picoteada por palomas envenenadas.

2

En el centro de las imágenes
Se agolpa el sonsonete ebrio de una voz sin canción,
La pasión púrpura que nace de la mediocridad,
Que a modo de máscara
Se usa como la compasiva bondad de este irritante disfraz.

3

Las ideas no fluyen por si solas,
Hay que colorearlas y llevarlas a cabo
¡Que baile mi mente marginal,
Que de saltos de paupérrimo can de bigotes tiesos!
Lo que se posesiona de los sueños no existe como tal,
Lo que ocupa esta neutralidad del ser,
Se diluye en lo opaco de una simple situación
Que sólo se consigue aspirando enormes bocanadas
De indispensable espiritualidad.

EL RITO DE LA LUZ


“He ansiado alejarme del siseo
De la mentira desgastada”
(Dylan Thomas)

1
Dimensión de pezones y prepucio,
Deletreando huracanes y damiselas
Sobre el puro existir de esta triste criatura,
Sin armadura, sin virilidad.
Al Oeste de su espíritu
Se nutre la crisálida angélica,
Aquella que posa su quinta esperanza
En los reductos de una pasión
Falsa y mal apagada.

2

Agazapado en el pesar sin fin,
Va abreviando las reacciones de sus exangües latidos,
Con esta intensidad de linaje griego
De medulado maestro de la honra.
En el portal misterioso,
Danzan meretrices y proxenetas,
Danzan al ritmo de los tambores orgiásticos,
Al ritmo del tam-tam irracional.
Danzan para escapar de la realidad inconfesable
Que pareciera devorarlos por sus pecados de botella,
Por sus pecados de camas rechinantes y quejumbrosas.

3

Chispas surtidoras del semen dominguero,
De las ortigas y el sexo nocturno;
A caballo y sin dejar huellas,
Va soplando ejes en cada migaja pasada,
En cada afelpado cartílago de su hermafrodita vida.
Se conmueve tan fácilmente,
Con las lágrimas de un olvidado fraile
Con las colinas embalsamadas de una tuerta mujer
De mal vivir;
Se difumina agriamente,
Tras los polos machacados del romance inexistente
De ese amor nunca engendrado.



TODOS LOS INVIERNOS PERDIDOS...


Mis ojos no dan más
Mi carne muere
Mi alma se destroza.

La primavera viene acompañada de brotes y tibieza,

De aromas, paz y fortuna.
Sin embargo, mis ojos no dan más,
Mis alas lejanas no llegan a mí,
La espera se torna triste,
Como la luna llena que baña de luz
Estos meses rojos
Esta vida de sangre.

La primavera viene acompañada de praderas y bandolines,

De ensoñaciones y ciclos verdes,
De santos, tañidos y éxtasis.
Sin embargo, mi carne muere,
Muere, en una leprosa caja negra,
Como viento largo que grita en el país eterno
Como cementerio tenue que penetra en mi espacio incierto.

La primavera viene acompañada de claridad, seda y serenidad,

De anillos, bailes y estrellas,
De olas, flautas y cartas.
Sin embargo, mi alma se destroza,
Me envuelve el vaporoso infortunio,
Las conversaciones lunares,
Las experiencias de muerte,
La mortaja final…

Y mis ojos no dan más

Mi carne muere
Mi alma se destroza.

HERMOSA TRISTEZA (LÁGRIMAS DE LA MAÑANA)


“Sé cuerda angustia mía,
Y ten tranquilidad”
(Recogimiento: Baudelaire)

Indeleble, te trazabas,

Por mis puertos de somnolencia agridulce,
Como marejadas de plomo
Que van y vienen por los oratorios enmohecidos;
Te esbozas,
Como médula intuitiva que de mí ya se ha ido,
Como monumento cristalino que flamea
Con cada frontera inextinguible.

Trazabas ilusiones malva en mi tarde sollozante,

En mis rizos de incienso,
En mis faroles de pena,
En la arboleda que circunda mis apacibles hadas de mística naturaleza.

LUNA DE LOBOS


Esplende, alada escuálida,
Retuercete en el horror eterno y mece al rey de los fantasmas,
Quien, como dragón palaciego
Se escabulle tras errabundos conventos.

Haz gala de tus solitarios velos de lluvia,

Al menos, una mínima mueca de tu ávido encanto.

Seduce, acróbata

Humea un pensamiento azul en tu convulsión virginal.

Canto blanco y ardiente,

Querido espasmo ovalado,
Reluce en el absurdo trono,
Quitando aquel secreto a la Nada.

Despojate en tropel

Y suspende un último aliento,
Aliento de arma escondida.