domingo, 17 de febrero de 2019


Bastaría con el abrazo eterno de esa noche, para que nuestros silencios se fundieran en nuestro silencio 
plagado de besos y misterios de puerto.
Bastarían tus ojos en los míos y tu fragmento de voz pronunciando ausencias;
Horas bastarían, aleteando en el vacío de nuestras sombrasen el brillo lejano de nuestro tú y nuestro yo.
Bastarían esos nombres que enredados en nuestra piel, se corrompen suavemente entre la carne que se libra en la carne extasiados en un rito hermoso sin máscaras ni puñales.
Bastaríamos nosotros, que manchados de tiempo dejamos huella en el sueño y los labios,
para que nuestro tú y nuestro yo vuelvan a tropezarse ahora y eternidad como un cuento de nunca acabar...